“Creo que el feminismo es una posición política e ideológica, por lo tanto ni la portamos hormonalmente las mujeres, ni están los varones imposibilitados de portarla (…) Es una convicción de tipo político que tiene que ver con las relaciones de poder.” (Diana Maffia en Hacia una pedagogía feminista. Géneros y Educación Popular, compilado de Claudia Korol [2007].)
Entiendo la adscripción de varones al feminismo como un alineamiento político acerca de un proyecto de sociedad al cual uno se alía, y en pos del cual uno trabaja activamente, y no sencillamente como una mera identidad individual que basta con ser declarada y expresada (como se suele entender en la concepción liberal del feminismo). El concepto de aliado feminista surge como una forma de identificar la pertenencia a una lucha que se originó por y para las mujeres, pero que ha evolucionado en sus sucesivas olas en una lucha política que combate un modelo de sociedad en el que todas y todos estamos inmersos, y que limita las libertades personales, sociales, identitarias, laborales, corporales, y sexuales de todas y cada una de las personas. El feminismo nace como una lucha de mujeres por sus derechos, y décadas más tarde continúa siéndolo, salvo que sus avances políticos y teóricos han visibilizado muchísimos nuevos frentes de lucha, entre ellos los de la diversidad y disidencia sexual, y el debate en torno a las masculinidades. Continua leyendo “La im/posibilidad de ser un hombre feminista”