Resumen: Kate Millett – Teoría de la política sexual

Resumen del capítulo de Política sexual (Madrid: Cátedra, 1995), originalmente publicado en 1970.

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Poder y política

Política:

conjunto de relaciones y compromisos estructurados de acuerdo con el poder, en virtud de los cuales un grupo de personas queda bajo el control de otro grupo. 68

Dominación sexual como ideología

El dominio sexual coloniza nuestros interiores para volverla imperceptible. Como ideología, el dominio sexual cristaliza el concepto más elemental del poder:

Aun cuando los grupos que gobiernan por derecho de nacimiento están desapareciendo rápidamente, subsiste un modelo, arcaico y universal, del dominio ejercido por un grupo natural sobre otro: el que prevalece entre los sexos. 69

Se ha alcanzado una ingeniosísima forma de «colonización interior», más resistente que cualquier tipo de segregación y más uniforme, rigurosa y tenaz que la estratificación de las clases. Aun cuando hoy día resulte casi imperceptible, el dominio sexual es tal vez la ideología más profundamente arraigada en nuestra cultura, por cristalizar en ella el concepto más elemental de poder. 70

Patriarcado

Todas las vías del poder “se encuentran por completo en manos masculinas”; los “valores, la ética, la filosofía y el arte de nuestra cultura (…) son de fabricación masculina”, y “como la esencia de la política radica en el poder”, deriva de ello el carácter patriarcal de la sociedad. (70)

No hay sociedades matriarcales (Marta Lamas también dice esto):

No se conoce en la actualidad ninguna sociedad matriarcal. La descendencia matrilineal, que, según ciertos antropólogos, constituye un residuo o una fase transitoria del matriarcado, no excluye el dominio patriarcal, sino que tan sólo canaliza el poder ejercido por los varones en función de la descendencia femenina (asignándoselo, por ejemplo, a los tios por línea materna). 70

Gobierno patriarcal:

institución en virtud de la cual una mitad de la población (es decir, las mujeres) se encuentra bajo el control de la otra mitad (los hombres), (…) se apoya sobre dos principios fundamentales: el macho ha de dominar a la hembra, y el macho de más edad ha de dominar al más joven. 70

se manifiesta en todas las formas políticas, sociales y económicas, ya se trate de las castas y clases o del feudalismo y la burocracia, y también en las principales religiones, 71

Gobierno:

De acuerdo con las observaciones de Hannah Arendt, el gobierno se asienta sobre el poder, que puede estar respaldado por el consenso o impuesto por la violencia. 71

Política sexual

la política sexual es objeto de aprobación en virtud de la «socialización» de ambos sexos según las normas fundamentales del patriarcado en lo que atañe al temperamento, al papel y a la posición social. 72

Temperamento: componente psicológico

  • Desarrollo en base a estereotipos característicos de cada sexo
  • Basados en necesidades y conveniencia del grupo dominante respecto de sus subordinados

Papel social: componente sociológico

  • Código de conductas, ademanes y actitudes
  • Realización de los intereses y ambiciones masculinas en los campos de la productividad humana

Posición social: componente político

  • Prejuicio de la superioridad masculina
  • Asunción de papeles preeminentes, apoyadas por el temperamento que desarrollan

Aspectos biológicos

La mayor musculatura del macho es estimulada culturalmente, pero no determina una “categoría adecuada sobre la que pudieran basarse las relaciones políticas en el seno de la civilización” (la autoridad del padre es un efecto, no causa, derivado y establecido por la religión, a diferencia de lo que aseguran las leyes romanas clásicamente estudiadas, donde la familia deriva del poder ejercido por el padre sin explicar cómo se establece ello como institución (73).

La supremacía masculina no es biológica, sino que se basa en “la aceptación de un sistema de valores cuya índole no es biológica” (74)

Si el patriarcado es supuestamente inevitable por razones fisiológicas, esto no explica su origen:

De acuerdo con una hipótesis muy difundida, el patriarcado constituye un fenómeno endémico en la vida social humana, inevitable desde un punto de vista fisiológico. Semejante teoría atribuye, pues, al patriarcado un origen lógico e histórico. Pero si, como creen algunos antropólogos, dicha institución fue precedida por otra forma social que calificaremos de prepatriarcal, el argumento de la fuerza física no basta para explicar sus orígenes (a menos que la mayor robustez del varón se haya visto ensalzada a consecuencia de un cambio de orientación unido a la adquisición de nuevos conocimientos o valores). 74

Los cultos a la fertilidad se orientan hacia el patriarcado en cierto momento de la historia, “subestimando y degradando la función de la mujer en la procreación y atribuyendo el principio vital únicamente al falo.” (75). Luego, la religión consolidó:

La religión patriarcal consolidó esta situación creando uno o varios dioses masculinos, desterrando o desacreditando a las diosas y construyendo una teología cuyos postulados básicos reforzaban la supremacía del varón y tenían por mi- sión esencial mantener y justificar la estructura patriarcal. 75

Carácter cultural del género: “estructura de la personalidad conforme a la categoría sexual” (77)

Género

Concepto de género es independiente del de sexo.

Stoller: Sex and Gender, 1968:

Utilizaremos el término género para designar algunos de tales fenómenos psicológicos: así como cabe hablar del sexo masculino o femenino, también se puede aludir a la masculinidad y la feminidad sin hacer referencia alguna a la anatomía o a la fisiología. Así pues, si bien el sexo y el género se encuentran vinculados entre sí de modo inextricable en la mente popular, este estudio se propone, entre otros fines, confirmar que no existe una dependencia biunívoca e ineluctable entre ambas dimensiones (el sexo y el género) y que, por el contrario, su de- sarrollo puede tomar vías independientes. 77

Stoller:

El vocablo género no tiene un significado biológico, sino psicológico y cultural. Los términos que mejor corresponden al sexo son “macho” y “hembra”, mientras que los que mejor califican el género son “masculino” y “femenino”; éstos pueden llegar a ser independientes del sexo (biológico). 78


Aspectos sociológicos

Familia

El patriarcado gravita sobre la familia, la familia es el espejo de la sociedad, y es lazo de unión entre sociedad y patriarcado. La familia suple autoridad. Induce la adaptación de sus miembros a la sociedad, facilita el gobierno patriarcal, dirige a los ciudadanos mediante jefes de familia. (83)

Socialización mediante la familia:

La principal aportación de la familia al patriarcado es la socialización de los hijos (mediante el ejemplo y los consejos de los padres) de acuerdo con las actitudes dictadas por la ideología patriarcal en torno al papel, al temperamento y la posición de cada categoría sexual. Si bien distintos padres pueden discrepar ligeramente en su interpretación de los valores culturales, se consigue un efecto general de uniformidad, reforzado por las amistades infantiles, las escuelas, los medios informativos y otras fuentes de educación explícitas o implícitas. 86


En pos del cambio social, es imperante atacar al patriarcado, en tanto punto de conexión con la propiedad y el conservadurismo:

El patriarcado es por necesidad el punto de partida de cualquier cambio social radical. Y ello no sólo porque constituye la forma política a la que se encuentra sometida la mayoría de la población (las mujeres y los jóvenes), sino también porque representa el bastión de la propiedad y de los intereses tradicionales. 88


Apuntes y ensayos sobre estudios de género, sociología del cuerpo y teoría feminista por Bastián Olea Herrera, sociólogo y magíster en sociología (Pontificia Universidad Católica de Chile). bastimapache

Extractos y notas: Teresita de Barbieri – Sobre la categoría de género. Una introducción teórico-metodológica

Debates en Sociología. Nº8, 1993

Originalmente publicado en 1990

Subordinación de la mujer originada por un poder múltiple:

la subordinación que afecta a todas o casi todas las mujeres es una cuestión de poder, pero éste no se ubica exclusivamente en el Estado y en los aparatos burocráticos. Sería un poder múltiple, localizado en muy diferentes espacios sociales, que puede incluso no vestirse con los ropajes de la autoridad, sino con los más nobles sentimientos de afecto, ternura y amor. 146

Un poder no situado en el Estado ni bajo una apariencia hostil.

Crítica a la actitud parricida de las movilizaciones, donde se desechaba la teoría que no se colocara explícitamente de parte de las mujeres, haciendo tabla rasa de lo anterior: “rechazar todas las herencias culturales, las formas de pensar, los instrumentos para observar, las ideas y los valores en los que nos formamos.” 146

Pregunta:

¿Cómo construir teóricamente una diferencia del orden de la naturaleza y objeto de estudio de las disciplinas biológicas en un fenómeno social, objeto de estudio de las ciencias sociales y las humanidades? 146

Llevar la diferencia sexual desde lo biológico al estudio social: objeto de estudio.

La variación sexual es social, porque prácticamente todo lo humano relacionado a la superviviencia elemental también es social:

la variación de los comportamientos sociales están más allá de las diferencias biológicas, porque entre los seres humanos hasta la satisfacción de las necesidades más elementales de la sobrevivencia -alimentación, vivienda, vestuario, etcétera- están determinadas por construcciones sociales. 146-147

Subordinación femenina como producto del ordenamiento patriarcal (Kate Millet desde Max Weber)

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Apuntes: Sobre la categoría de género – Teresita De Barbieri

En este mapa conceptual se resume el texto “Sobre la categoría de género. Una introducción teórico-metodológica” de Teresita de Barbieri, socióloga feminista uruguaya.

El texto fue publicado originalmente en 1990, y presenta una sucinta explicación del concepto de género que comprende una breve historia de los estudios sobre las mujeres y temáticas de género, explicación de vertientes teóricas dentro de los estudios de género, profundización en aspectos históricos y antropológicos del concepto, y bosquejos sobre los orígenes de la subordinación de las mujeres.

En particular, ahonda en una perspectiva del concepto y estudio del género como conflicto, y del género como un sistema de poder, apoyada por inspiraciones marxistas y de la obra de Gayle Rubin, quien a su vez se basó en el psicoanálisis lacaniano y las teorías del parentesco de Lévi-Strauss.

La autora define el género como “categoría que en lo social, corresponde al sexo anatómico y fisiológico de las ciencias biológicas” (p. 149), afirmando que “el género es el sexo socialmente construido” (p. 149).

Luego, define los sistemas se sexo/género como:

Los sistemas de género/sexo son los conjuntos de prácticas, símbolos, representaciones, normas y valores sociales que las sociedades elaboran a partir de la diferencia sexual anátomo-fisiológica y que dan sentido a la satisfacción de los impulsos sexuales, a la reproducción de las especie humana y en general al relacionamiento entre las personas.

De Barbieri, pp. 149-150

La fuente del texto es: De Barbieri, T. (1993). Sobre la categoría de género. Una introducción teórico-metodológica. Debates en Sociología. Nº8.

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Apuntes y ensayos sobre estudios de género, sociología del cuerpo y teoría feminista por Bastián Olea Herrera, licenciado y magíster en sociología (Pontificia Universidad Católica de Chile). bastimapache

Capital corporal y el privilegio de la belleza

La belleza es una forma de capital que se expresa a través de nuestros cuerpos, específicamente mediante la silueta o figura corporal, y la apariencia en términos generales. Si entendemos como capital a cualquier recurso esencial para obtener beneficios en un cierto campo, y cuya posesión a su vez puede definir nuestra posición en dicho campo, entonces el capital corporal; es decir, el capital asociado al atractivo de nuestros cuerpos, es el valor que la sociedad le atribuye a las apariencias. Como sociedad, asignamos significados positivos a determinados atributos estéticos y corporales, en consecuencia abriendo ciertas oportunidades (o privilegios) a los cuerpos que expresen determinado nivel de belleza, pero simultáneamente cerrando estas oportunidades a los cuerpos que no cumplan determinados criterios estéticos. Este proceso social de valorización del cuerpo, que posibilita que la apariencia sea interpretada como un recurso, ocurre en las interacciones sociales cotidianas, como cuando juzgamos a las personas por su apariencia, cuando percibimos que una persona pertenece a un determinado grupo social por cómo se ve o se viste, o cuando somos prejuiciosos por razones estéticas. Es en la interacción entre nuestras miradas y las prenociones sobre los significados de los cuerpos que socialmente reproducimos esquemas de valorización corporal.

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La masculinidad hegemónica en la sociedad patriarcal

Este texto es una introducción al concepto de masculinidad desde una perspectiva crítica, que problematiza el carácter hegemónico de la masculinidad patriarcal. Se critican las ideas esencialistas de género para explayar la existencia de múltiples masculinidades, sin embargo se contempla el dominio de una forma particular de masculinidad (la patriarcal) y su rol en la reproducción del sistema de dominación patriarcal. La masculinidad hegemónica es definida en sus valores opresivos y dominantes, sus componentes misóginos y homofóbicos, su validación homosocial, y su inherente fragilidad, para finalmente criticar su naturaleza violenta y dañina que no sólo afecta a las mujeres, sino también a los mismos hombres. Continua leyendo “La masculinidad hegemónica en la sociedad patriarcal”

Hombres contra el machismo: introducción a las masculinidades antipatriarcales

Los hombres tenemos un lugar clave en la lucha contra el machismo, pues somos quienes principalmente lo ejercemos. Son representantes del género masculino quienes discriminan, humillan, acosan, abusan, violan, y matan mujeres por razones de género. Por lo tanto, cualquier intento en disminuir las alarmantes cifras de violencia y desigualdad de género debe focalizarse en erradicar los comportamientos patriarcales en los varones. En otras palabras, para acabar con la violencia de género, y en gran medida con la desigualdad de género, necesitamos hombres nuevos, comprometidos con una lucha antipatriarcal que llegue hasta las expresiones más recónditas del machismo que hemos internalizado. Continua leyendo “Hombres contra el machismo: introducción a las masculinidades antipatriarcales”

Gordofóbicos: posibles motivos tras el rechazo a los cuerpos gordos

Cada vez que vemos alguna foto de una mujer gorda, ya sea posando, haciendo deporte, mostrando su outfit, o cualquier otra actividad que involucre a su cuerpo de talla grande, ocurre lo mismo: aparece alguien con la necesidad de decir lo obvio: que esa mujer es gorda, que su peso no se ve bien, que debería cuidar su salud, o que con esa inocente foto está “promoviendo la obesidad”. Esto puede verse en cualquier situación donde se represente un cuerpo que supere la norma de delgadez, y particularmente en internet, donde abundan las opiniones ofensivas amparadas en el anonimato y la impunidad de lo digital.

¿Por qué tanta gente siente la necesidad de expresar su opinión –mayoritariamente negativa– sobre los cuerpos gordos? ¿Cual es el objetivo de decirle a una persona gorda que es gorda, o de volver a decir una y otra vez que la gordura es poco atractiva, indeseable, y/o una enfermedad necesaria de erradicar? ¿Cuál es el motivo detrás del rechazo a la gordura?

Este texto reflexionará acerca de las posibles motivaciones detrás de este fenómeno (conocido como gordofobia), identificando el rechazo a los cuerpos de talla grande según tres dimensiones: la belleza, la moral, y la salud.

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El piropo es machismo

El tema del acoso callejero empezó a discutirse en redes sociales y medios comunicacionales luego de que ciertos sucesos puntuales plantearan al piropo como algo permisible, parte de la coquetería o galantería masculina, o incluso, como algo que puede ser deseado por algunas mujeres. Miles de testimonios de acoso callejero fueron tuiteados por mujeres hartas de la normalización de esta forma de violencia. Muchos de estos testimonios fueron plasmados en el libro digital “Somos muchas: Historias de acoso callejero y otras malas yerbas”, donde se exponen temáticamente algunas de las historias más representativas.

La discusión sobre piropo y acoso callejero tomó diversas aristas: desde discusiones semánticas sobre lo que es o no un piropo, sobre si el piropo es o no acoso callejero, o sobre si existe un supuesto piropo aceptable; hasta casos de mujeres que sí gustan de los piropos, pasando por tantas situaciones de piropo como piropos mismos han sido recibidos por mujeres.

Entendamos el piropo como un comentario no solicitado sobre la apariencia o cuerpo de una persona, en su mayoría enunciado por hombres hacia mujeres. Un piropo no es sinónimo de acoso callejero, sino que es uno entre muchos otros componentes del acoso callejero. Un piropo también puede darse en un contexto privado, como en el lugar de trabajo o el lugar de estudios. En ambos casos (en el ámbito público y privado), un piropo constituye una forma de acoso sexual, en tanto refiere a un avance sexual no solicitado de tipo verbal, ya sea una invitación, solicitud, opinión, comentario, o expresión de naturaleza sexual que usualmente refiere al cuerpo o apariencia de las mujeres.

En un nivel más abstracto de análisis, fuera de casuística, anécdotas o excepciones, lo cierto es que el piropo es machismo. Continua leyendo “El piropo es machismo”

Contra el hostigamiento machista, y un comentario acerca de los hombres y el feminismo

Judit decapitando a Holofernes (1614), por Artemisia Gentileschi
“Judit decapitando a Holofernes” (1614), por Artemisia Gentileschi.

Hace casi dos semanas, he sido foco de intenso hostigamiento por redes sociales, por el mero hecho de sostener opiniones distintas y opuestas a la de machistas y anti-feministas. Durante estos días, fotos mías, de mi perfil de Twitter, y tuits míos han rondado por páginas de estas tendencias en Facebook, y por diversos foros. El ataque ha tenido tal alcance que personas desconocidas me han reconocido en la calle al ver memes o publicaciones denostándome, y muchísimas personas me han contactado por redes sociales al verme expuesto y humillado por otros medios.

Como bien me mencionó una gran compañera, “la violencia masculina es una realidad que se hace tangible día a día, y ahora la viv[í] no sólo como atento al riesgo de ‘ejecutarla’ en [mi] proceso de autoconciencia  sino como víctima, y eso es doloroso e injusto.” Respondo así a su incitación a despersonalizar estos ataques, e intentar comprenderlos desde un enfoque sociológico, feminista y de masculinidades críticas, para así evidenciar el alcance y profundidad de estos discursos de odio hoy en día. Continua leyendo “Contra el hostigamiento machista, y un comentario acerca de los hombres y el feminismo”