Tesis de postgrado: Elementos teóricos y conceptuales en torno a la estigmatización social de las corporalidades gordas. Un análisis desde las dimensiones de la salud y la apariencia

Comparto la tesis con la que me gradué del Magíster en Sociología de la Pontificia Universidad Católica de Chile.  Se trata de una investigación teórica que intenta comprender por qué los cuerpos gordos resultan estigmatizados, rechazados y discriminados, y para ello investiga los procesos de estigmatización propios a la dimensión de la apariencia, que comprende la forma en que interpretamos los cuerpos y los ideales de belleza, y la dimensión de la salud, desde la cual la sociedad prcibe ciertos cuerpos como “anormales” y pretende su normalización. A continuación se encuentra el resumen de la tesis, y luego están los enlaces para leerla y/o descargarla.

Resumen/abstract:

La presente investigación se propone comprender teóricamente los procesos que producen al fenómeno de la estigmatización social de las corporalidades gordas, a través de un análisis de literatura focalizado en dos dimensiones que atraviesan esta problemática: la salud y la apariencia. La dimensión de la apariencia dice relación con las evaluaciones y juicios efectuados sobre las cualidades físicas de los cuerpos, basados en la existencia de ideales socioculturales acerca de lo que constituye lo bello y lo socialmente valorado. Se detallan los procesos en que los sujetos internalizan patrones de administración y evaluación del cuerpo, basados en normas y prescripciones de apariencia, lo cual compele a los individuos a interpretar, controlar, y disciplinar sus corporalidades y las de los demás a partir de creencias sobre cómo se logran y qué significan las apariencias corporales. La dimensión de la salud se relaciona directamente con la institución de la medicina moderna, mediante la cual las desviaciones bio-psicosociales propias de la diversidad humana resultan patologizadas, prescribiendo no sólo las prácticas necesarias de ejercer sobre los cuerpos en pos de su normalización y optimización, sino también desplegando preocupaciones acerca de las prácticas y apariencias corporales apropiadas. Ellas derivan en imperativos sociales de deseo y comportamiento que son reproducidos disciplinarmente y que coinciden con el discurso neoliberal, a partir de los cuales interpretamos a los demás bajo criterios de normalidad y anormalidad científicamente autorizados. Desde estas dos dimensiones, la gordura de los cuerpos es construida discursivamente como un estigma que marca en los sujetos la expresión de falencias morales e incapacidades individuales que se oponen a las normas de comportamiento y deseabilidad social modernas. Ello legitima formas de discriminación, prejuicio y opresión contra las personas gordas, que se configuran como actos de exclusión que estructuran una matriz de privilegios basados en la abyección de lo gordo.

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La práctica de la dieta y su referencia al pecado de la gordura

Ensayo final para el curso de Sociología del Cuerpo, impartido en el magíster en Sociología (2018) de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Profesora: Claudia Giacoman.


Breve historia de la gordura

A través de la historia, no existen valores o actitudes consistentes que puedan dar lugar a un ideal corporal universal (Etcoff, 2011). La aversión y celebración de la gordura ha fluctuado a través de las épocas y grupos sociales (Klein, 2001, p. 28; Rice, 2007, p. 162). La existencia de las famosas Venus paleolíticas evidencian la diversidad de corporalidades representadas en el arte primitivo, muchas de ellas destacando cuerpos gordos. En el arte greco-romano, los cuerpos femeninos deseables enfatizaban cuerpos voluptuosos (Bradley, 2011).

Se teoriza que, en las sociedades agrarias y preindustriales del pasado, la gordura habría simbolizado salud y riqueza (Sobal, 1995, 2004). Estudios etnográficos indican que la preferencia por la corpulencia o los cuerpos gordos se encuentra presente en un 80% de las sociedades humanas de las que se contiene información etnográfica hasta la fecha (Anderson, Crawford, Nadeau, & Lindberg, 1992; Brown & Sweeney, 2009). Entre los siglos XV y XVII, la gordura fue considerada una corporalidad estéticamente deseable (Freedman, 1986, citado en Rothblum, 1990). En esta época, pintores como Tiziano, Tintoretto y el famoso Rubens pintaron mujeres de cuerpos corpulentos, con sus vientres y pliegues bien marcados. Hacia el siglo XVIII, la delgadez empieza a ser asociada a figuras intelectuales y artísticas de las clases altas, en parte influenciada por los brotes de tuberculosis en dichos grupos (Fraser, 2009, p. 12).

Con el advenimiento de la revolución industrial, la delgadez pasó a ser asociada con la pertenencia a grupos sociales de alto estatus (Sobal, 1995, citado en Gard & Wright, 2005, p. 178). A finales del siglo XVIII, la gordura es entendida como un fracaso de la mente, en lugar de un asunto netamente corporal (Gilman, 2010, p. 59). Sin embargo, hasta finales del siglo XIX, las sociedades occidentales aún valoraban niveles moderados de gordura (Brumberg, 1988 y Stearns, 2002, citados en Sobal, 2004). Con la segunda mitad del siglo XIX aparecen las primeras dietas “científicas”, que empiezan a tratar la obesidad como un asunto de salud en lugar de uno moral. Continua leyendo “La práctica de la dieta y su referencia al pecado de la gordura”