(en Sujetos nómades. Corporización y diferencia sexual en la teoría feminista contemporánea, 2000, Paidós)
Nómade: “nueva figuración de la subjetividad de un modo multidiferenciado no jerárquico.”
Origen europeo del concepto de diferencia
Papel de la diferencia en la historia europea, donde hay énfasis en la identidad común y la unificación del continente que deviene al concepto en noción divisoria y antagónica (165)
Diferencia articulada en regionalismos, localismos, relativismos. 166
Raíz del concepto de diferencia en el fascismo europeo, adoptado por modos jerárquicos y excluyentes de pensamiento.
Origen de la diferencia como negativo en relaciones de dominación europeas:
En la historia europea de la filosofía, la “diferencia” es un concepto central en la medida en que el pensamiento occidental siempre se desarrolló planteando oposiciones dualistas, que crearon subcategorías de alteridad o “diferente de”. Como en esta historia la “diferencia” se sustentó siempre en relaciones de dominación y exclusión, ser “diferente de” llegó a significar ser “menos que”, “valer menos que”. La diferencia fue colonizada por las relaciones de poder que, como señalaba oportunamente Simone de Beauvoir en El segundo sexo, la redujeron a un sinónimo de inferioridad. En consecuencia, la diferencia adquirió connotaciones esencialistas y letales; construyó categorías enteras de seres descartables, es decir, igualmente humanos pero levemente más mortales. 166
Los totalitarismos y fascismos redefinieron la diferencia en términos de determinismo biológico.
Diferencia desde el feminismo
Beauvoir
Análisis del esquema jerárquico de la dialéctica de la conciencia, adaptado desde Hegel; identificando la diferencia como noción central, proponiendo superar el esquema jerárquico de dicha noción, y finalmente uniéndola a la idea de alteridad desvalorizada. Cita a Poulain de la Barre sobre la trascendencia del dualismo de género. 168
Posmodernismo
Oposición al énfasis de Beauvoir en la racionalidad igualitaria. Planteamiento de la política de la diferencia. 168
Como lo expresa Marguerite Duras en el epígrafe de este capítulo, las mujeres que continúan midiéndose con la vara de los valores masculinos, las mujeres que sienten que deben corregir los errores masculinos, ciertamente han de malgastar mucho tiempo y energía. En la misma línea de pensamiento, en su polémico artículo titulado “¿Igual a quién?”, Luce Irigaray recomienda apartar el énfasis político de la crítica reactiva y trasladarlo a la afirmación de contravalores positivos. (168)
Modernidad
Alejamiento de su concepción como inferioridad: Nietzsche, Freud y Marx introducen la idea de que la subjetividad no se coincide con la conciencia: crisis de la modernidad:
El sujeto es excéntrico en relación con su yo consciente, a causa de la importancia de estructuras tales como el deseo inconsciente, el impacto de las circunstancias históricas y las condiciones sociales de producción. Al quedar hecha añicos la seguridad ontológica del sujeto cartesiano, se abre también un camino para analizar el vínculo que se estableció convencionalmente entre la subjetividad y la masculinidad. En este sentido, la crisis de la modernidad puede entenderse, así lo sostuve en mi Patterns of Dissonance, como la destrucción de las bases masculinistas de la subjetividad clásica. (169)
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