Apuntes: Rosi Braidotti – Órganos sin cuerpos

(en Sujetos nómades. Corporización y diferencia sexual en la teoría feminista contemporánea, 2000, Paidós)

Foucault: economía política de la verdad sobre la sexualidad en la cultura.

La tecnología anticonceptiva (distinción entre tecnología del poder reproductor y prácticas de placer del sí mismo) separa la reproducción y sexualidad, evitando que se vuelvan contradicción o paradoja activa (86).

Sexo sin bebés, bebés sin sexo.

Manipulación conservadora de la epidemia del sida: “el sexo mata” (87).

Auge de las biotecnologías y tecnologías que tienen por objeto la vida y los organismos vivos en los ‘90.

Jameson: “uno de los rasgos que definen la condición posmoderna es la dislocación de la continuidad temporoespacial” 88

Deleuze: estado posmoderno definido en términos de secuencias temporales esquizofrénicas. 89

Desde el postestructuralismo (Bachelard, Canguilhem hasta Foucault), el cuerpo fabrica tecnología en pos de una extensión orgánica de sí mismo: herramientas, armas, artefactos, lenguaje, prótesis. La tecnología de por sí no es perjudicial, sino que lo tecnológico se penetra por un antropomorfismo primitivo; ergo, “todas las herramientas son productos de la imaginación creativa humana, que copian y multiplican las potencias del cuerpo”. 89

Complementación y adaptación entre orgánico y técnico.

Esta receptividad mutua del órgano y de su extensión técnica, de la biología y la tecnología, es, tanto para Canguilhem como para Foucault, la razón por la cual la distinción dualista y opuesta de naturaleza/cultura pierde terreno a favor del discurso sobre el biopoder: la reflexión política sobre el sujeto como un organismo corporeizado, una entidad biocultural por excelencia. 90


Cuerpo

Cuerpo comomaterial corporal: “cuerpo como proveedor de fuerzas, energías, cuya materialidad les presta para que se las use, se las manipule y se las construya socialmente.“ 90

Foucault: El cuerpo se disciplina para volverlo dócil, productivo y reproductor.

En Foucault, las instituciones (cárceles, escuelas, psiquiátricos) apuntan a “explotar el cuerpo como una materia prima destinada a ser socializada en una productividad que tiene una finalidad” 90

Decadencia del dualismo

El nuevo énfasis en el cuerpo expresa, para Foucault, la “decadencia del dualismo convencional y de algún modo más tranquilizador mente/cuerpo, que durante siglos, legitimó la visión del sujeto científico como coincidente con la razón”: la muerte del sujeto (90).

La perspectiva clásica de la subjetivación se basa en oposiciones dualistas que fijan al sujeto, “oposiciones organizadas jerárquicamente que suministraron la estructura básica para la organización del conocimiento.“ 90

Cambio de guardia en la teoría sobre la subjetividad: el paso al sujeto corporizado que se divorcia de la subordinación al pensamiento dualista ocurre en el paso desde la filosofía hacia discursos postmetafísicos como las ciencias humanas y sociales, haciendo emerger cuestiones epistemológicas sobre la corporización del sujeto y la condición fáctica del cuerpo. Cuerpo como objeto de proliferación de discursos, formas de conocimiento, modos de normatividad y normalización. 91

Modernidad

Los discursos conectados a la crisis de la modernidad “sitúan la naturaleza compleja, fragmentada, escindida, del sujeto en el centro de sus preocupaciones.” 92

Para Foucault la modernidad comienza con el alejamiento del sujeto respecto de la unidad metafísica (mente/cuerpo, delicado equilibrio de oposiciones dualistas) y la “tendencia hacia una multiplicidad de discursos que tienen por objeto el sujeto corporizado” 92

Incertidumbre sobre lo que es el cuerpo:

No solamente este sujeto no es uno, sino que además no existe un consenso entre las ciencias humanas y sociales sobre cuál es exactamente su estructura corporal. Entre los discursos de las biociencias, del psicoanálisis y el derecho —por nombrar sólo tres— existen importantes divergencias sobre qué es exactamente el “cuerpo”. 92

decir que la modernidad debería ser la época de la producción de discursos y modos de capitalización del ser humano orgánico es otra forma de decir que no hay un consenso sobre qué es en realidad el sujeto corporizado. 93

Esta mezcla paradójica de sobreexposición discursiva simultánea y ausencia de consenso se refleja perfectamente en el discurso posmodernista sobre lo “femenino” o “la cuestión de la mujer”. 93

El surgimiento de reivindicaciones teórico-políticas de las mujeres y el renacimiento del movimiento de mujeres ponen en crisis al sujeto racional del discurso falogocéntrico. 93

  • Afirmación de la diferencia como alteridad positiva
  • Repudio de las diferencias jerárquicas

Dan lugar la posibilidad de nuevos valores y paradigmas críticos, ampliando la crisis del sujeto logocéntrico en base al análisis de género. 93

Lo femenino emerge, en forma de inversión, como síntoma y signo privilegiado, incluso como solución a la crisis del sujeto. 94

La inflación discursiva posmoderna sobre lo “femenino” como lo otro necesario del falogocentrismo pasa por alto la pregunta esencial para la práctica feminista; me refiero a la siguiente: “¿qué tiene esto que ver con las mujeres de la vida real?”. Como en el caso del cuerpo, lo “femenino” es representado como una ausencia simbólica. Puede significar una serie de cuestiones interrelacionadas, pero per se no es una noción, no es un corpus. Allí no hay “nadie” (no-body). 94


Cuerpo como superficie visual

Órganos sin cuerpos:

complejo campo estratégico de prácticas conectadas con la construcción discursiva y normativa del sujeto en la modernidad. Por ejemplo, todo el discurso de las biociencias toma al organismo como su objeto y, por lo tanto, toma al cuerpo como un mosaico de piezas desmontables. 94

“Órganos sin cuerpos” marca una transacción planetaria de materia viva, cuidadosamente realizada con el fin de conservar la especie viva, saludable y blanca. En una perversa vuelta de tuerca, la pérdida de la unidad del “sujeto” da por resultado un ser humano que presta sus componentes orgánicos a un intercambio bastante semejante a la prostitución: la parte por el todo. 102

Tengo la sospecha de que la pérdida de la unidad corporal puede engendrar la fantasía del dominio total, esto es, sin tiempo, de la materia viva. 96

Parece que nos hemos deslizado desde la pérdida del paradigma naturalista —1ue es en sí mismo un bienvenido alivio respecto del dualismo metafísico anterior— a la fragmentación creciente y al tráfico explotador de las partes orgánicas. 103

Biopoder como negación de la muerte en base a cuerpos cercenados:

Reemplazando la totalidad por las partes que la componen, ignorando el hecho de que cada parte contiene al todo, la era de los “Órganos sin cuerpos” es primariamente la era que expulsó el tiempo del retrato corporal: el biopoder tiene más que ver con la negación de la muerte que con el dominio de la vida. 96

Énfasis en ala representación visual en la cultura contemporánea, imperativo de visibilidad (97)

Ejemplo de la ecografía:

Tomemos el ejemplo de la técnica de la ecografía, que nos permite externalizar y ver en una pantalla el interior del vientre y su contenido fetal. Ofrecer “todo” para que sea mostrado, representar hasta lo irrepresentable —el “origen”- significa encontrar imágenes que reemplazan y desplazan las fronteras del espacio (interior y exterior del cuerpo de la madre) y del tiempo (antes y después del nacimiento). 97

Relación entre lo visual y el conocimiento:

Impulso escópico (de ver; acto mental de adquisición de ideas (98)) como paradigma del conocimiento, primacía de la mirada, privilegio del ojo como metáfora de la mente, ver como sinónimo de saber. 97

Prioridad de la representación sobre lo representado; triunfo de la imagen, hiperrealidad:

El impulso escópico-visual implícito en toda representación se acentúa con mayor intensidad en el campo del biopoder (…) Afirmando que la lógica despiadada y fundamentalmente mercenaria de la representación tiene prioridad sobre lo representado, esta tendencia marca el triunfo de la imagen, del objeto representado, de lo visible en la medida en que se hace visual: es decir, un objeto de consumo escópico. Hiperrepresentado de manera hiperrealista, este objeto permanece profundamente ausente (como “el cuerpo”, “la mujer”, “lo femenino”, etc.). 98

Hiperrepresentación de la imagen pero ausencia del objeto.


Fuera del sexo, más allá del sexo, antes del sexo, ésta sigue siendo una técnica que apunta a diferir el tiempo. La fantasía de estar “más allá del sexo”, es decir, fuera del tiempo, es una de las ilusiones más perniciosas de nuestro tiempo. Desdibujar la diferencia sexual, desexualizar la masculinidad, precisamente en el momento histórico en que el feminismo de la diferencia sexual pide la sexualización de las prácticas,32 me parece un movimiento extraordinariamente peligroso para las mujeres. Por mucho que avance el proyecto del feminismo, esta fantasía puede conducir a la homologación de las mujeres en un modelo masculino. La supuesta “superación” de la diferencia sexual33 termina por quitarle valor a la afirmación del carácter positivo de la diferencia por parte de las mujeres. En un orden cultural que, durante siglos, fue gobernado por el vínculo homosocial masculino, la eliminación de la diferencia sexual sólo puede constituir un camino en un solo sentido hacia la apropiación, la eliminación o la homologación de lo femenino en/de las mujeres; es un juguete para varones. 104

es necesario reafirmar la fundamental falta de simetría entre los sexos como la base para una ética posmoderna que tenga en cuenta el fenómeno de los “Órganos sin cuerpos”, como el elemento básico de nuestra propia historicidad, y al mismo tiempo rechace su aspecto perverso. 105

Si la posición feminista mínima consiste en poner en el primer plano del debate sobre la condición posmoderna la asimetría entre los sexos, la pregunta continúa siendo: ¿hasta dónde podemos forzar la sexualización del debate sin alejarnos demasiado de la percepción de la modernidad sobre el fracaso fundamental de la identidad? ¿Cómo podemos afirmar el carácter positivo de la diferencia femenina sin dejar de resistirnos a reducir la subjetividad a la conciencia, el sí mismo a la racionalidad deliberada? 107


Apuntes y ensayos sobre estudios de género, sociología del cuerpo y teoría feminista por Bastián Olea Herrera, sociólogo y magíster en sociología (Pontificia Universidad Católica de Chile).